María Elena Sánchez-Largo Uceda – 2ª Jornada de Formación en Cirugía Menor y Manejo de Heridas
María Elena Sánchez-Largo Uceda, responsable de la Unidad de Cirugía y Cáncer Cutáneo del Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz, Madrid. En su ponencia nos expondrá las diferentes formas de resolución de los defectos quirúrgicos: colgajos e injertos cutáneos que se presentan de forma común en diversas intervenciones.
En la 2ª Jornada de Formación en Cirugía Menor y Manejo de Heridas expondrá las múltiples técnicas quirúrgicas existentes para la reconstrucción de los defectos quirúrgicos, incluyendo el cierre directo, los colgajos locales y distales, así como los injertos. Todo esto y mucho más, nos lo explicará María Elena en su ponencia durante el día 27 de Enero en la 2ª Jornada de Formación en Cirugía Menor y Manejo de Heridas
Resolución de defectos quirúrgicos: colgajos e injertos cutáneos
En la gran diversidad de intervenciones quirúrgicas a las que nos podemos someter, suelen presentarse con frecuencia problemas de reconstrucción de defectos quirúrgicos de pequeño o gran tamaño. Para elegir la técnica de reconstrucción más adecuada es preciso tener en cuenta diversos factores tales como: el tipo de lesión extirpada, etiología del defecto, las características del paciente, la localización, etc
Los defectos quirúrgicos pequeños pueden arreglarse por cierre directo o la curación por segunda intención, no obstante, tras la extirpación de tumores, suele frecuente el uso de colgajos locales, así como de injertos cutáneos procedentes de una zona donante adecuada. Con un injerto o con un colgajo local, se pueden solventar problemas que de otra manera requerirían un tratamiento quirúrgico mucho más complejo.
Cierre directo
El cierre directo resulta en una de las técnicas más simples y sencillas. Se basa en la sutura directa de los diferentes bordes de la herida. Esta técnica presenta limitaciones, por ejemplo, si quisiéramos aplicar el cierre directo en la zona facial, solo sería aplicable en caso de defectos pequeños o en pacientes con mucha piel (ancianos), de manera que la unión de los extremos dérmicos no cause una distorsión en las estructuras adyacentes del rostro (desplazamientos labiales, de los párpados, de la nariz…).
Injertos cutáneos
Los injertos cutáneos se basan en la idea de «un parche de piel», donde una porción de piel sana de una zona donante se extraerá con el fin de cubrir zonas receptoras con falta de tejido. La extracción del injerto conlleva una pérdida de vascularización, por lo que el traspaso a la zona receptora necesitará de un riego vascular suficiente para nutrir el nuevo tejido. Si se moviera el injerto o se produjera hematoma, se impediría la re-vascularización del injerto, perdiéndolo.
Colgajos
Un colgajo se trata de una porción de tejido vascularizado (por el pedículo vascular) que se traspone de una zona corporal a otra en un mismo paciente. Al ser un tejido que mantiene el riego sanguíneo y que no depende del lecho vascular de la zona afectada para su viabilidad, puede utilizarse en la reconstrucción de defectos mucho más complejos, permitiendo reconstruir la forma y la función de zonas con pérdida de piel, tejido adiposo, muscular y óseo. Los resultados se muestran positivos, ofreciendo propiedades dérmicas similares en color, texturas y de fotoenvejecimiento al tejido original.
Hay tres tipos de colgajos:
- Colgajos locales: Utilizan una porción de piel y tejido subyacente que está próxima al defecto. El colgajo permanece unido al cuerpo por uno de sus extremos, por donde penetra el aporte vascular, y se traspone hacia la zona receptora. Los colgajos locales tienen una vascularización aleatoria, es decir, se nutren a raíz de una fina red de capilares que están bajo la piel, si el riego sanguíneo es insuficiente, se produce una necrosis de la zona. Esto causa limitaciones en el diseño de longitud y anchura del colgajo pediculado.
- Colgajos regionales: Se utiliza una porción de tejido con vascularización axial, la raíz principal de la vascularización discurre por el colgajo, evitando una falta de riego sanguíneo en las zonas distales del colgajo pediculado, como ocurre en los colgajos locales. El colgajo se moviliza desde la zona donante a la receptora sin seccionar el pedículo vascular, por lo que la distancia a la cual podemos trasladarlo estará limitada por la longitud de dicho pedículo.
- Los colgajos miocutáneos: Aportan piel y músculo; pero a veces este músculo por donde discurre el pedículo proporciona un volumen o un peso excesivo que pueden limitar la movilidad del colgajo o la capacidad para darle la forma adecuada.
Ponente: María Elena Sánchez-Largo Uceda
Todo esto y mucho más en la 2ª Jornada de Formación en Cirugía Menor y Manejo de Heridas
En esta ponencia vamos a conocer de la mano de María Elena, paso a paso el diseño de cada tipo de colgajo y sus principales indicaciones, así como la técnica de injertos cutáneos, con la finalidad de tener herramientas básicas suficientes para solventar estos desafíos. Podremos ver la ponencia durante el día 27 de Enero en la 2ª Jornada de Formación en Cirugía Menor y Manejo de Heridas